Los dientes, en su interior, presentan una gran cantidad de vasos sanguíneos y nervios que conforman la pulpa dental.

En ocasiones, la irritación crónica debido a una caries o un trauma puede producir la inflamación de la pulpa, lo que se conoce como pulpitis reversible, que si no se cura con el tiempo se vuelve irreversible. La pulpitis se caracteriza por un dolor más o menos intenso que responde ante estímulos diferentes dependiendo del estadío en el que se encuentre.

La progresión termina con la necrosis de la pulpa ("muerte" pulpar), donde ya no hay respuesta ante estímulos como el frío, el calor o eléctricos, pero se puede iniciar dolor al morder si se inflama el espacio del ligamento periodontal que rodea la raíz del diente, lo que se llama periodontitis apical. Con el tiempo esa inflamación aumenta produciendo la reabsorción del hueso que rodea el diente apareciendo un absceso, normalmente apreciable en una radiografía. En su camino buscando una salida, el pus producido va labrando el hueso (lo cual es muy doloroso) y si encuentra la salida al medio oral aparece una fístula que comunica con el diente del que procede. En estos momentos el dolor suele remitir bastante, lo que no quiere decir que desaparezca la infección. Otras veces va aumentando lentamente de tamaño y no produce dolor, e incluso se puede encapsular dentro de un quiste.
El tratamiento en estas situaciones, siempre que no haya una fisura o fractura de la pieza, es el tratamiento de conductos. Primero se realiza la endodoncia, que consiste en limpiar todo el contenido de la cámara y conductos pulpares, eliminando vasos sanguíneos, nervios, tejido inflamatorio y compuestos derivados de la necrosis pulpar. Se realiza una desinfección minuciosa y finalmente se sellan los conductos para evitar nueva filtración bacteriana.
En revisiones posteriores se observa radiográficamente la disminución de la lesión e incluso su desaparición. Sin embargo, a veces puede reaparecer. ¿Por qué ocurre esto?
A pesar de la desinfección minuciosa, a veces hay bacterias resistentes. Además puede haber una anatomía radicular compleja donde multitud de canales o la existencia de calcificaciones o grandes curvaturas dificulten el acceso de los instrumentos y desinfectantes. En estas situaciones, es más probable la reaparición de la infección dental apical. El tratamiento indicado llegados a este punto es la apicectomía que consiste en eliminar la parte de la raíz con más ramificaciones de los conductos, que es el tercio más apical. No sólo se elimina ese trozo de raíz, también toda la infección que la rodea para poder sellar la parte expuesta del conducto con materiales como el MTA o cementos biocerámicos que tienen propiedades antibacterianas debido a su elevado pH. También puede optarse por rellenar el defecto con un biomaterial que mantenga el espacio hasta la formación de nuevo hueso.
Ahora un ejemplo clínico:
Paciente que acude con ligera molestia a percusión y palpación en 2021. Se observa tratamiento de conductos con sellado incompleto y lesión radiolúcida (oscura) en el contorno de la raíz. Se explica que puede ser necesario el retratamiento con apicectomía. Prefiere esperar y seguimos reevaluando periódicamente.
En 2024 la lesión aumenta de tamaño y clínicamente se aprecia a través de la encía una fístula que comunica con el diente.
Se realiza un CBCT de la zona y se observa gran lesión con pérdida de la cortical ósea vestibular:

Se realiza la apicectomía, eliminando el tercio apical de la raíz, todo el tejido de granulación, se sella mediante MTA y se decide poner un biomaterial que ayude a mantener el espacio debido al tamaño de la lesión.
Semanas después del tratamiento no hay síntomas de dolor a palpación o percusión. En el control a los 6 meses, se hace un nuevo CBCT y se observa parte del biomaterial que se va reabsorbiendo, pero también regeneración ósea con recuperación de la cortical ósea vestibular:

El seguimiento consiste en controles radiográficos y valoración clínica de que no reaparezcan signos o síntomas de reactivación de la lesión. Es un tratamiento con una tasa de éxito bastante elevada en torno al 85-95% a los 5 años.
En nuestra clínica dental Sorrisos, contamos con especialistas en esta y muchas otras técnicas y realizamos un diagnóstico exhaustivo de cada problema dental que puedas padecer. Consúltanos sin compromiso.